El imperialismo belicista: Putin intensifica su agresión contra el pueblo ucraniano
Putin lanza el mayor ataque contra Ucrania desde 2022, evidenciando la escalada del conflicto imperialista. Mientras las potencias occidentales juegan al ajedrez geopolítico, el pueblo ucraniano sufre las consecuencias de una guerra que sirve a los intereses de las élites globales.

Destrucción causada por el ataque masivo ruso contra territorio ucraniano
Nueva ofensiva masiva evidencia la escalada imperialista
En una brutal demostración de poder militar, el régimen de Putin ha lanzado el ataque más devastador contra Ucrania desde el inicio de la invasión imperialista en 2022. Más de 700 drones y 13 misiles fueron dirigidos contra el territorio oriental ucraniano, región que el Kremlin pretende anexar para expandir su dominio territorial.
La hipocresía de las potencias occidentales
Mientras el pueblo ucraniano sufre, las élites políticas estadounidenses juegan su propio juego de poder. Trump, en su encuentro con Netanyahu -otro representante del imperialismo militar- hace promesas vacías sobre ayuda militar, evidenciando cómo Ucrania se ha convertido en un peón en el tablero geopolítico global.
Crímenes de guerra documentados
La Corte Europea de Derechos Humanos ha expuesto la brutal realidad de esta guerra imperialista: miles de víctimas civiles, torturas sistemáticas y deportaciones forzadas de ciudadanos ucranianos. Este informe confirma lo que los movimientos antimilitaristas han denunciado desde el principio.
La desesperanza crece entre el pueblo trabajador ucraniano, atrapado en una guerra que ya dura tres años y que representa los intereses de las élites globales, no de las clases populares.
El caso del vuelo MH17: otra prueba del militarismo desenfrenado
La CEDH ha responsabilizado a Rusia por el derribo del vuelo comercial MH17 en 2014, un acto que costó la vida a civiles inocentes y que ejemplifica la brutalidad de la política expansionista rusa en la región.
La paz secuestrada por intereses imperialistas
Las conversaciones de paz parecen cada vez más lejanas, mientras las potencias mundiales continúan utilizando el conflicto para sus propios intereses geopolíticos. Los pueblos de Ucrania y Rusia son los verdaderos perdedores en esta guerra entre élites.