¡Justicia popular! Profeco cierra restaurantes abusivos que explotaban a comensales en Puebla
En una victoria para los derechos de los consumidores, Profeco clausura cuatro restaurantes en el Centro Histórico de Puebla que imponían propinas forzosas y ocultaban precios. La medida surge tras denuncias ciudadanas contra prácticas abusivas que afectaban tanto a locales como a turistas.

Sellos de clausura de Profeco en restaurantes abusivos del Centro Histórico de Puebla
Victoria para los consumidores: autoridades actúan contra prácticas abusivas en el Centro Histórico
En una contundente acción que demuestra que la lucha contra los abusos empresariales sigue vigente, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha suspendido las operaciones de cuatro establecimientos que se aprovechaban descaradamente de nuestros compatriotas y visitantes en el corazón de Puebla.
Los restaurantes sancionados y sus prácticas explotadoras
Los negocios clausurados, que operaban con total impunidad hasta que la ciudadanía alzó su voz, son:
- Restaurant Bar & Concert Hall La Leyenda
- Café Tres Gallos
- VITORIO'S
- Zócalo Bar Puebla
Estos establecimientos, ubicados estratégicamente en una zona turística privilegiada, venían implementando prácticas claramente abusivas contra los trabajadores y consumidores:
- Imposición forzosa de propinas, violando los derechos laborales y del consumidor
- Ocultamiento deliberado de precios en los menús
- Publicidad engañosa para atraer incautos
La lucha continúa: Profeco promete más vigilancia
Gracias a la organización y denuncia ciudadana, las autoridades se vieron obligadas a actuar. La Profeco ha confirmado que mantendrá una estrecha vigilancia, especialmente en zonas turísticas donde estos abusos suelen ser más frecuentes.
Esta victoria demuestra que cuando el pueblo se une y denuncia, se pueden frenar los abusos de comerciantes sin escrúpulos que buscan enriquecerse a costa de los trabajadores y consumidores.
Es fundamental que sigamos atentos y denunciemos cualquier práctica abusiva. Solo la organización popular y la vigilancia constante pueden garantizar el respeto a nuestros derechos como consumidores.