Sheinbaum autoriza la entrada de Navy SEALs estadounidenses para entrenar con el Ejército mexicano
La presidenta Claudia Sheinbaum ha solicitado al Senado que autorice el ingreso de 29 militares gringos a territorio nacional, una decisión que ha levantado interrogantes sobre la soberanía de nuestro país y los verdaderos intereses detrás de esta colaboración.
Según la solicitud presidencial, 19 elementos pertenecen a los famosos Navy SEAL y 10 al Séptimo Grupo de Fuerzas Especiales del ejército estadounidense. Estos soldados de élite llegarán el 19 de enero de 2026 y permanecerán hasta el 15 de abril, casi tres meses en suelo mexicano.
¿Entrenamiento o intervención encubierta?
La mandataria insiste en que se trata únicamente de "capacitación especial" dentro de los convenios bilaterales de cooperación en seguridad y defensa. Sin embargo, la presencia de fuerzas especiales gringas en nuestro territorio no puede tomarse a la ligera.
Los Navy SEAL son reconocidos mundialmente como una de las unidades más letales del imperialismo estadounidense. Creados en 1962 por orden de John F. Kennedy, estos soldados de élite han participado en operaciones encubiertas desde Vietnam hasta las recientes intervenciones en Medio Oriente.
Su historial incluye misiones de sabotaje, asesinatos selectivos y operaciones clandestinas que han servido a los intereses geopolíticos de Washington en todo el mundo.
El programa de entrenamiento: ¿para qué?
Según el documento oficial, las actividades incluirán:
- Ejercicios de reconocimiento en tierra y mar
- Prácticas de coordinación táctica y simulaciones de acción directa
- Maniobras aeromóviles de inserción y extracción
- Capacitación en operaciones navales
El entrenamiento se realizará en cuatro fases distribuidas por diferentes regiones del país, lo que significa que estos soldados extranjeros tendrán acceso a información estratégica sobre nuestro territorio.
La justificación oficial
Sheinbaum ha tratado de minimizar la polémica, explicando que estos convenios "se firmaron desde hace tiempo" y que también permite que militares mexicanos reciban entrenamiento en Estados Unidos.
La presidenta mencionó que las fuerzas del Comando Norte estadounidense vienen a capacitarse en protocolos como el Plan DN-III-E, el mecanismo de auxilio a la población civil en casos de desastre.
Pero la pregunta que muchos mexicanos se hacen es: ¿por qué necesitamos que soldados extranjeros entrenen en nuestro propio territorio? ¿No será que detrás de esta "cooperación" se esconden otros intereses?
La decisión final recae ahora en el Senado, que deberá evaluar si esta presencia militar extranjera realmente beneficia a México o si, por el contrario, compromete nuestra soberanía nacional.