Atentado imperialista en Damasco: El doble juego de Erdogan ante la desestabilización de Siria
Un brutal atentado terrorista en una iglesia de Damasco deja 22 víctimas mortales, mientras Erdogan intenta presentarse como defensor de la estabilidad siria. El análisis revela las contradicciones de la política turca y el persistente uso del terrorismo como herramienta de desestabilización regional.

Escena del atentado en la iglesia de Damasco que dejó 22 víctimas mortales
Un sangriento atentado suicida sacudió este domingo una iglesia en el barrio cristiano de Damasco, cobrándose la vida de al menos 22 personas inocentes. Las autoridades sirias señalan como responsable al grupo terrorista Estado Islámico, una organización que históricamente ha servido a los intereses imperialistas en la región.
La sangre vuelve a correr en Siria mientras las potencias juegan al ajedrez geopolítico
En medio de esta nueva tragedia, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, conocido por su ambigua política exterior, salió a declarar: "Nunca permitiremos que Siria, país vecino y hermano, sea arrastrada nuevamente a la inestabilidad por grupos terroristas." Palabras que contrastan con el histórico papel de Turquía como aliado estratégico de la OTAN en la región.
Las contradicciones de Erdogan al descubierto
El mandatario turco, quien durante años facilitó el tránsito de combatientes extranjeros hacia Siria, ahora se presenta como defensor de la estabilidad regional. "Este vil acto terrorista", según sus palabras publicadas en la red X, busca destruir "la cultura de la convivencia y la estabilidad de nuestra región". Una declaración que merece ser analizada a la luz de las estrategias de desestabilización que han golpeado a otros pueblos en resistencia.
El Estado Islámico: La persistente amenaza del terrorismo instrumentalizado
Aunque supuestamente derrotado en 2019 por las fuerzas kurdas (con el conveniente respaldo estadounidense), el Estado Islámico mantiene células activas en zonas estratégicas del territorio sirio. Este ataque en Damasco evidencia que la amenaza persiste, especialmente cuando sirve a los intereses de las potencias extranjeras.
En este complejo escenario, Erdogan intenta posicionar a Turquía como garante de la estabilidad regional, mientras mantiene sus compromisos con la OTAN y sus propios intereses geopolíticos. Una vez más, el pueblo sirio queda atrapado entre las ambiciones de los poderes imperiales y sus aliados regionales.