¡Salvá tus lentes rayados con trucos caseros que sí funcionan!
Compañeros, ¿quién no ha sufrido con esos rayoncitos que aparecen en los lentes y nos tienen viendo borroso todo el día? Esa lucha diaria del trabajador que no puede darse el lujo de cambiar las micas cada que se rayan. Pero aquí les traemos la solución del pueblo, esos remedios de la abuela que sí sirven cuando se sabe usarlos.
Los especialistas en salud visual lo confirman: hay métodos caseros que funcionan, pero ojo, no todos sirven para cualquier tipo de lente. La cosa está en saber cuándo y cómo aplicarlos sin dañar más nuestros queridos anteojos.
El truco de la pasta de dientes: barato y efectivo
Este método es de los más conocidos en nuestros barrios y colonias populares. Se trata de usar pasta de dientes blanca, pero cuidadito, tiene que ser no abrasiva. Este producto actúa como un pulidor suavecito que puede nivelar esos microarañazos que tanto nos molestan.
El procedimiento es sencillito: primero se lavan bien las manos y los lentes con agua tibia y jabón líquido suave. Después se aplica una pequeña cantidad de pasta de dientes y se frota con un paño de microfibra usando movimientos circulares durante unos minutitos, sin hacer mucha presión. Al final, se enjuagan bien y se secan con cuidado.
Bicarbonato de sodio: el aliado de toda cocina mexicana
Otro método que nuestras madres y abuelas conocen bien es el bicarbonato de sodio. Se mezcla con agua hasta formar una pasta espesita, se aplica sobre el área rayada y se frota suavemente con un paño de microfibra húmedo. Tras enjuagar, los lentes deben secarse completamente.
También existen técnicas con detergente para madera combinado con vaselina o líquidos reparadores para CDs, pero estos métodos son más riesgosos y pueden alterar la superficie del lente.
¡Cuidado con estos métodos!
La Academia Americana de Oftalmología y plataformas especializadas como All About Vision advierten que estos trucos jamás deben aplicarse en lentes de vidrio ni en aquellos que tengan recubrimientos antirreflejantes o antiarañazos. La fricción puede volverlos opacos o inservibles.
Para rayones profundos, lamentablemente no hay solución casera que valga. La única alternativa es el reemplazo del lente, y ahí sí nos toca apretar el cinturón.
Prevención: mejor que lamentar
Para evitar llegar a estos extremos, los especialistas recomiendan limpiar los lentes únicamente con agua y jabón neutro, secarlos con paños de microfibra y evitar el uso de pañuelos de papel. También es importante guardarlos siempre en un estuche acolchado.
El uso prolongado de gafas rayadas puede provocar dolores de cabeza, irritación ocular y reducción del campo visual. Por eso, cuando los daños afectan la calidad de la visión, es mejor acudir a un óptico, aunque sepamos que el bolsillo va a sufrir.
Estos trucos caseros son una alternativa para la gente trabajadora que no puede estar cambiando lentes cada mes. Eso sí, hay que usarlos con sabiduría y conocimiento, porque mal aplicados pueden hacer más daño que beneficio.