¡Salvá tus lentitos rayados! Trucos caseros que funcionan de verdad
¿Andás con los lentes todos rayados y no tenés para comprar unos nuevos? ¡Tranquilo, compañero! Acá te contamos los trucos que realmente funcionan para que puedas ver clarito otra vez, sin tener que vaciarte los bolsillos.
La realidad del pueblo trabajador
Sabemos perfectamente que cuando se te rayan los lentes, no siempre tenés la plata para ir corriendo al óptico. Los especialistas en salud visual nos dicen que algunos remedios caseros sí pueden funcionar, pero solo en casos específicos: cuando tenés lentes de plástico sin recubrimientos especiales y con rayoncitos superficiales.
Ojo, porque si te pasás de listo con productos inadecuados, podés dañar para siempre tus lentitos. Y ahí sí que la cosa se pone fea.
El truco de la pasta de dientes que sí funciona
Uno de los métodos más conocidos en el barrio es usar pasta de dientes blanca, pero no cualquiera. Tiene que ser no abrasiva, ¿eh? Este productito actúa como un abrasivo suavecito que puede ayudar a nivelar esos microrayones molestos.
¿Cómo se hace? Primero lavate bien las manos y los lentes con agua tibia y jaboncito suave. Después aplicás poquita pasta de dientes y la frotás con un trapito de microfibra, haciendo circulitos durante unos minutitos. Nada de apretar fuerte, que no estás lijando una pared. Al final, enjuagás bien y secás con cuidado.
El bicarbonato, el aliado de siempre
Otro método que funciona es mezclar bicarbonato de sodio con agüita hasta hacer una pastita espesa. La aplicás sobre el rayón y la frotás suavecito con un trapito de microfibra húmedo. Después de enjuagar, secás bien para que no queden residuos.
¡Cuidado con los experimentos raros!
Por ahí escuchaste de usar detergente para madera con vaselina o esos líquidos para arreglar CDs. La verdad es que aunque pueden disimular un poco los rayones, no los recomiendan los expertos porque pueden alterar la superficie del lente o eliminar tratamientos protectores.
La Academia Americana de Oftalmología y All About Vision advierten que estos métodos jamás se deben usar en lentes de vidrio o en los que tienen recubrimientos antirreflejantes. Ahí sí que la embarrás feo y los dejás inservibles.
Prevenir es mejor que lamentar
Para no andar sufriendo con lentes rayados, lo mejor es limpiarlos solo con agua y jabón neutro, secarlos con trapitos de microfibra y nunca usar pañuelitos de papel o trapos que larguen pelusa. Y siempre, pero siempre, guardalos en su estuche acolchadito.
Si los rayones son profundos o ya te están jodiendo la vista con dolores de cabeza o irritación, no hay vuelta que darle: tenés que ir al óptico. A veces el reemplazo es la única salida, por más que duela el bolsillo.
Recordá que andar con lentes rayados no es joda: te puede causar dispersión de la luz, reducir tu campo visual y traerte molestias que nadie se merece. Tu vista es sagrada, compañero, cuidala como se debe.